En la mayoría de las ocasiones, al considerar que hay que cambiar la escuela, nos centramos en las metodologías y en adaptarnos a las exigencias que nos encontramos día a día, dejando de lado el espacio del aula. Sin embargo, este es uno de los factores más importantes que encontramos en el contexto educativo ya que el aula es un elemento más de la actividad del docente.
Todo docente antes de comenzar su práctica debe estructurar la clase de acuerdo a las necesidades de los alumnos y a la metodología que se va a utilizar, ya que es un elemento más de la actividad docente y tiene que estar organizado adecuadamente. El ambiente del centro y, sobre todo, del aula constituye un instrumento muy importante para el desarrollo del aprendizaje.
No hay una única manera válida de estructurar el espacio, sino que todas son correctas si están bien organizadas previamente. Esto no hace referencia únicamente al mobiliario, sino que también hay que tener en cuenta el recurso humano por parte del docente, ya que primero tiene que organizarlo, pensando en las necesidades del alumno y en las que tiene él como docente. El espacio en el aula es un componente didáctico que nos permite la obtención de metas y objetivos educativos y nos permite crear un ambiente estimulante, además de mejorar la autonomía y la motivación, tanto de estudiantes como del profesorado.
El inconveniente que encontramos ante esto es que no se da la formación suficiente para que los docentes puedan llevarlo a cabo. Esto se ve reflejado en los alumnos de prácticas vinculados al campo educativo, ya que no ofrecen una idea innovadora, quedándose así en una visión muy tradicional.
Hay que destacar que toda innovación requiere una financiación económica que posiblemente muchos centros no pueden afrontar, sin embargo el profesorado debe permanecer activo y constante en las innovaciones ya que, si no se puede llevar a cabo por la situación económica, podrá innovarse dentro del aula. Sin embargo, muchos maestros/as prefieren no hacer esos cambios en la forma de dar su clase, ya sea por miedo o por falta de ganas, lo que hace que la educación se quede detenida en una forma determinada de dar la clase o de entender a sus alumnos.
Desafortunadamente, en muchos casos, la innovación se encuentra estancada en educación infantil, debido a que es una etapa en la que los cambios son más fáciles de llevarlos a la práctica porque son grupos muy heterogéneos que no han adquirido las técnicas instrumentales básicas.
Hay que destacar que toda innovación requiere una financiación económica que posiblemente muchos centros no pueden afrontar, sin embargo el profesorado debe permanecer activo y constante en las innovaciones ya que, si no se puede llevar a cabo por la situación económica, podrá innovarse dentro del aula. Sin embargo, muchos maestros/as prefieren no hacer esos cambios en la forma de dar su clase, ya sea por miedo o por falta de ganas, lo que hace que la educación se quede detenida en una forma determinada de dar la clase o de entender a sus alumnos.
Desafortunadamente, en muchos casos, la innovación se encuentra estancada en educación infantil, debido a que es una etapa en la que los cambios son más fáciles de llevarlos a la práctica porque son grupos muy heterogéneos que no han adquirido las técnicas instrumentales básicas.
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