REFLEXIÓN SEMANAL (15,16/10/2018)


Esta semana hemos trabajado un texto "Para qué los profesores y profesoras si ya tenemos libros de texto", de Jurjo Torres Santomé.

Este texto nos acerca a un punto de vista crítico acerca de los libros de texto y su uso en las aulas.

Torres define los libros de texto como: "...material escolar que precisan de aprobación oficial por parte del Ministerio o Consejería". Es decir, se trata de un material escolar común que necesita ser revisado por el Gobierno antes de ser utilizado en las aulas, de manera que éste pueda tener un control sobre la información que se aporta a los educandos en las aulas.

Pero no siempre ha sido así. Si nos remontamos a unos años atrás, podemos observar que la Iglesia fue mayoritariamente quien tuvo el control acerca de la edición de cualquier libro escolar, aunque este poder se fue alternando entre Iglesia y Gobierno según el partido político que legislaba en el momento. Por ello, podemos decir que actualmente los libros de texto son una cuestión de política, pues establecen relaciones con el mundo en el que nos encontramos, de manera que proporciona unas determinadas teorías y concepciones sobre cómo y por qué la realidad es como la vemos y dónde y cuándo podemos intervenir.

Actualmente, no es otra sino la legislación quien obliga a pasar por el registro y censura a todos los libros que se van a utilizar para la docencia y esto puede llegar a suponer una amenaza contra la libertad de los docentes, de manera que se encuentran con una serie de limitaciones a la hora de explicar los contenidos a sus alumnos.

A la sociedad en la que vivimos, le caracteriza el consumismo. Este aspecto también se ve reflejado en cuanto a los libros de texto, pues muchos de ellos se confeccionan de manera que los alumnos tengan que rellenar ejercicios en el mismo, lo que no permite segundos usos a otros usuarios y gracias a este mercado, las editoriales reciben grandes cantidades de dinero anualmente.

Los libros de texto condicionan las actividades educativas que se desarrollan en los centros escolares, así como la forma en la que hay que realizar la evaluación y el contenido que debe tener. Es necesario que, junto con este material, se complemente la enseñanza con otros recursos con los que el educando pueda integrar la información recibida y así llevarla a cabo.

Como limitaciones de los libros de texto encontramos:

·                     La tardía actualización que se realiza en éstos. Nuestro entorno está en constante cambio y, por lo tanto, es necesario actualizar esta información en los libros de texto en el caso de que sean el principal material didáctico en el aula.
·                     El control que ejercen en la docencia. Las clases se encuentran limitadas por el ritmo que lleva el libro de texto, teniendo que impartir todo su contenido en un curso académico, de manera que los docentes tienen que organizar la secuencia de las clases de manera que se aborden el mayor número de unidades didácticas posibles.
·                     Los docentes en su mayoría no se preocupan por buscar actividades complementarias para trabajar en el aula, pues el propio libro es el que dicta además del contenido que se tiene que impartir, las actividades que tienen que realizar los alumnos para complementar las clases impartidas.

Para la superación de estos límites, sería conveniente alternar el libro de texto con recursos que estén disponibles en internet, ya que se trata de una fuente que está en constante actualización y que no resulta tan laborioso cambiar la información como lo es en los libros de texto.

Sin embargo, aunque somos conscientes de que necesitamos una innovación en los materiales didácticos, nos encontramos inmersos ante una sociedad envejecida que no concibe la educación sin los libros de texto. Incluso hay casos en los que algunos profesores han querido cambiar esto e introducir otros materiales y probar metodologías más activas, y la respuesta de los padres ha sido de rechazo. Podemos justificar esto con que los propios padres de los alumnos, que se encuentran a día de hoy en las aulas, no han tenido otros recursos alternativos, lo que provoca que estas nuevas metodologías les parezcan poco efectivas para la educación de sus hijos, y que por tanto sean una herramienta para entretener o para perder el tiempo más que para enseñar.

A pesar de que Torres haga referencia en el texto a que el profesor es una figura prescindible en la docencia, consideramos que el recurso humano que puede aportar la figura del profesor es indispensable, ya que el vínculo que se puede crear entre un profesor y un alumno es beneficioso para ambos. Para el ser humano es necesario socializar con sus iguales. Gracias a esto en las aulas se puede crear un clima de convivencia que enriquezca a todos a partes iguales. 

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