La secuencia didáctica es el resultado que genera realizar ciertas actividades de aprendizaje, las cuales se caracterizan por tener un orden interno entre ellas. Con este tipo de tareas se pretende retomar los conocimientos previos de los alumnos sobre un tema, para así relacionarlo con situaciones reales y problemáticas, de manera que la información a la que van a acceder en el desarrollo de la secuencia será significativa. Por tanto, requiere que el alumno lleve a cabo acciones para vincular sus conocimientos previos con acontecimientos e información reales sobre un asunto determinado. En este caso se pretende que no haya ejercicios monótonos y repetitivos.
Este tema ha sido un punto de reflexión, ya que aparecen dos vertientes enfrentadas: por un lado, los pedagogos se centran en adquirir la competencia en sí, y por el otro, en el proceso para conseguirla. Por tanto, la construcción de secuencias didácticas desde un enfoque de competencias consiste en la unión entre lo educativo y la visión de procesos. Desde el enfoque de procesos es más adecuado para la realidad educativa y acorde con la posición de la nueva didáctica.
Nosotras nos inclinamos más hacia la segunda vertiente, porque consideramos que para el alumnado es más beneficioso, ya que así se genera un mejor conocimiento y aprendizaje. Además, se responde a ciertos principios de una estructura dinámica, en la cual se genera este proceso basado en el aprendizaje, se trabajan situaciones reales, lo cual aproxima al alumno a una mayor posibilidad de reflexión y aprendizaje verídico, ser conscientes de la presencia de ciertos procesos intelectuales y de su complejidad.
Actualmente, la preocupación de la escuela y, en especial, de los docentes, va alrededor de las competencias y eso no es lo realmente importante. Hay aprendizajes que son necesarios e indispensables, pero esto no significa que no se puedan ajustar a la realidad del alumnado. Para poder reestructurar el currículum es importante saber relacionar las competencias con la práctica, de manera que se satisfagan sus necesidades.
Es muy relevante que un docente sepa estructurar la secuencia para llevar las competencias a la práctica. Para poder llevar a cabo esto es necesario realizar una evaluación formativa, ya que ayuda tanto al alumno como al docente, porque a través de ella sabemos lo que ha aprendido el educando y, a su vez, al educador le sirve para replantear la secuencia que ha seguido en su práctica. Lo más importante es que el docente sea capaz de detectar la necesidad de vincular las actividades de aprendizaje con las actividades de evaluación. Además, si el aprendizaje demanda relacionar los conocimientos previos con nueva información, la cual está basada en elementos de la realidad, es necesario que las acciones de evaluación reflejen esta unión entre información y situaciones reales.
En conclusión, la tarea del docente conlleva de una gran responsabilidad, ya que de este depende que los conocimientos que quiere transmitir a los alumnos sean adquiridos de forma adecuada, pues todo depende de la manera en la que se difunden y en qué centren la importancia, es decir, en competencias o en procesos. Hoy en día, aún no se ha conseguido una relación adecuada entre la vida cotidiana y la escuela, por lo que es necesario realizar reformas curriculares y que los docentes lo lleven a la práctica.
"La labor de los docentes es llevar a la práctica el enfoque de las competencias"
(Díaz-Barriga, 2013).
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