REFLEXIÓN SEMANAL (12,13/11/18)

Los materiales educativos que se utilizan tanto dentro como fuera del aula resultan fundamentales a la hora de fomentar el aprendizaje en los educandos. Estos suponen un recurso extra para que el aprendizaje pueda llegar a ser permanente.
Son diversos los temas que se pueden tratar a través de los materiales educativos. Entre ellos, consideramos fundamental el trabajo de las emociones en los educandos. 
¿Quiénes son los encargados de educar en el emocional? ¿Qué papel tiene la escuela en ello? Si la legislación actual no recoge de manera significativa la educación de la Inteligencia Emocional en profundidad, ¿quién cubre esa necesidad en los colegios e institutos? 
El eje de la Educación Emocional no reside únicamente en los padres o en los educadores, si no es un proceso educativo compartido entre ambos. Por ello, se hace necesario proporcionar recursos para que la Educación Emocional se pueda realizar en las escuelas por parte de los educadores, al mismo nivel que se realiza con los padres. Creemos necesaria la existencia de alguna asociación que proporcione un servicio educativo orientado a la Inteligencia Emocional basado en un programa amplio, significativo y que tenga en cuenta todas las dimensiones emocionales.
A través del trabajo que se nos ha brindado realizar en esta asignatura, queremos abordar esta problemática en la medida de lo posible. Para ello, elaboraremos un dossier para el profesor y otro para el alumno, ya que, a través de una unidad didáctica, aprenderán cómo se puede trabajar las emociones y a gestionarlas. 
Consideramos que el cuarto curso de educación primaria es una buena edad en la que se pueden realizar dinámicas de manera que los alumnos tengan la capacidad de reflexionar sobre los contenidos, por lo que lo enfocaremos a niños de 9 años, que se encuentran en una etapa de tránsito entre la infancia y la preadolescencia.
En el dossier del alumno, incluiremos diversas actividades de manera que no requieran de otro material complementario para poder seguir las sesiones. 
En el dossier del profesor, estarán incluidas las actividades que contiene el cuaderno del alumno de una manera ampliada, para que el profesor tenga una idea aproximada sobre cómo llevar a cabo cada sesión. Esto no significa que deba seguir las instrucciones que se sugieren, sino que pueden servir como una alternativa. De esta manera, queremos que los docentes tengan libre elección a la hora de organizar la dinámica de la clase, y que, en caso de no poder hacer este trabajo previo, tengan una guía que les ayude a llevar a cabo la sesión.
Desde que pensamos acerca de llevar a cabo esta idea, nos hizo cuestionarnos el debate que surgió en clases pasadas, acerca de si los libros de texto no reutilizables eran una cuestión de capitalismo, pues en nuestro caso, queremos que el cuaderno del alumno sirva para que puedan trabajar en el él y por tanto no emplear materiales alternativos. 
Finalmente, nos pareció la opción más cómoda para ellos, pues les facilita llevar todo el material necesario a utilizar en el aula en el mismo cuadernillo, permitiéndoles así llevar menos peso en la mochila ni preocupaciones de encontrar determinados recursos para realizar las actividades. 
Es evidente que esto también tiene una parte negativa, pues al estar todo el material en el mismo cuaderno, pueden correr el riesgo de que se les olvide en casa y de esta manera no tendrían ningún material con el que trabajar en el aula. Para ello, hemos confeccionado unas actividades cuya duración se prolonga únicamente durante la temporalización de las clases, de manera que puedan dejar el cuaderno en el centro escolar. Así, aseguraremos que, en todas las sesiones llevadas a cabo, los educandos dispongan de este cuaderno de actividades. 
Los estudiantes obtienen mejores resultados cuando el aprendizaje académico se combina con el social y emocional. Cuando los niños aprenden y dominan habilidades sociales y emocionales, esto les ayuda en todos los aspectos vitales.

Numerosos estudios han descubierto que los jóvenes que poseen estas habilidades sociales y emocionales son más felices, tienen más confianza en sí mismos y son más competentes como estudiantes. Cuando los profesores, los padres y los alumnos practican y emplean estas habilidades en casa o en el aula, los efectos son doblemente beneficiosos. Las relaciones interpersonales tienden a mejorar cuando los miembros se escuchan abiertamente y resuelven los problemas juntos. Los niños también comprenden que el aprendizaje es un proceso que se desarrolla durante toda la vida.

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